En el proceso de fabricación de estos cazos, se parte de materiales y tratamientos muy específicos al objeto de lograr:
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Alta resistencia al ataque químico del aluminio, fatiga térmica y deformación.
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Mínimo peso del cazo (2mm de espesor)
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Larga durabilidad.
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Nula contaminación férrica.
Con el diseño cilíndrico de estos cazos se obtiene:
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Menor superficie de oxidación.
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Menor enfriamiento del metal fundido.